El Diablo es mi Copiloto

Sacar la Vuelta

Por HL

Si creyeron que Wákatela! descansaría por ser 1 de mayo (ya basta con eso del "primero de"; no existe), tienen toda la razón. El único que se acercó a las oficinas de la página, aparte de este humilde servidor, fue un extraño mendigo con un carrito de supermercado.

Premunido de la experiencia que me da la televisión dominical le di a este personaje el último chicle que me quedaba en el bolsillo. "Es todo lo que tengo", le dije pensando que esta vez podía ser algún Angellini, quizás un Luksic o tal vez un Matte el que se disfrazara. No le gustó mi respuesta, y ahí descubrí que era un vagabundo de verdad.

Y parece que descubrió que la gente de Wákatela! maneja mucho dinero, pues en un abrir y cerrar de ojos me lo encontré alegando que porqué no lo ayudaba siendo que, incluso, hoy era el día del trabajo. En otras palabras, él quiere ser columnista.

Le dije que tenía que hablarlo con la editora y le cerré la puerta en las narices. No sé si por lástima o por el miedo a estar perdiendo a un gran talento de la literatura nacional, pero ésta columna va para él y para todos quienes a diario hacen grandes esfuerzos por aparentar que trabajan, y no lo hacen. A ese obrero del "pueulo" - así, sin B - como le dicen los políticos.

A pesar de que Chile es uno de los países con mayor horas de trabajo en el mundo, siempre se dice que la producción total (PIB), no siempre es concordante a tales horarios. Sin embargo, el PIB chileno llega a una tasa de 5,5% o 5,7% según estimaciones. Muy superior a la de Francia (2,4%) o a la de Inglaterra (4,4%), por poner un ejemplo.

Es verdad que en Europa se trabaja en promedio tres horas menos que acá. No obstante, esto nos lleva a reflexionar en un importante punto: ¿es el chileno tan sacador de vuelta? ¿O será que en todos los países es igual?

Veamos. Es cotidiano ver en los lugares de trabajo que siempre están estos personajes que con una u otra artimaña logran evitar despachar los kilos y kilos de papeles que el lunes bien tempranito encuentran en sus escritorios. Que el banco, que los trámites, que el baño, que el sistema se cayó... cualquier; cualquier excusa es válida.

En palabras concretas. El chileno SÍ ES SACADOR DE VUELTA, pero ¿por qué cargarle ese estigma sólo a nuestra tan autovilipendiada sociedad?

No somos los únicos. Hasta los países desarrollados tienen entre sus filas a los sacadores de vuelta. Sino, no se explica que el mayor ícono de la sociedad estadounidense sea Homero Simpson, prócer de la sacada de vuelta en Springfield.

Por eso señor sacador de vuelta, siga protestando hoy en la manifestación de la CUT. Tiene todo el derecho de pedir un mejor sueldo por seguir esquivando el trabajo, así como muchos otros (no todos) lo hacen día a día en la oficina, en el Congreso o en La Moneda.