¿Para quién escribo yo entonces?

Manifiesto

por: Romina

De ninguna manera y sin ninguna intención ideológica quiero descalificar mi condición de mujer, tampoco es un rotundo rechazo, ni siquiera una brutal definición…sólo quiero contar lo irónico que siempre me ha resultado el analizar mi condición sexual en sociedad.

No sé si alguien comprenda a cabalidad mi reflexión de hoy, pero quizás, llevada a implicancias existenciales y traumáticas que cada uno puede esconder, -ojo que dije ¡Esconder!- existe la posibilidad de que sientan algo parecido.

En palabras simples, y con pleno uso de razón, debo decir que creo, firmemente, que no debí ser mujer. No es una manifestación que quiera dejar ver entre líneas una supuesta posición homosexual, mucho menos es mi bandera de lucha, es algo tan honesto como decir frente a ustedes, queridos amigos y contados desconocidos, que no califico para incluirme dentro del género. En realidad, luego de mucho estudiarlo, estoy casi segura de que no cumplo con los códigos universales de ser la heredera de la nunca bien ponderada Eva.

Punto importante: Feminidad. Que más concluyente realidad que mi falta de suavidad, delicadeza, finura. Haga lo que haga, diga lo que diga, nunca he sido una criatura femenina.

No es que tenga problemas con mi autoestima, pero sólo en contadas ocasiones he logrado llamar la atención inmediata de alguien y, créanme, nunca ha sido por mi natural y sutil forma de moverme, ni mi hablar dulce. Mis escuálidas tácticas de coqueteos sólo han pasado por con un par de palabras rápidas y buenos chistes que gracias a alguna extraña fuerza siempre brotan rápido y sin aparente sentido en casi cualquier circunstancia.

Está bien, puede que haya atraído a algún perdido tipo, pero -peor aún- aquel bisiesto fenómeno debe de tener alguna extraña explicación. Tal vez ni siquiera exista.

Concluyendo parte de mi terapia pública debo explicar que en ningún momento estoy declarando querer ser otra persona. Por más que mi cara sea innegablemente redonda o mi cuerpo no sea perfectamente armonioso como el de una musa inspiradora, sé vivir con lo que traigo.
Deben estar pensando ¿Acerca de cuántas inútiles cosas es capas de escribir esta tipa?, pero así soy: práctica, simple e inadaptada. Más terrible aún es que cuando de verdad quiero hablar de algo profundo y me descubro, de pronto, escribiendo sobre el amor. ¡Sí, señoras y señores!..Sobre el amor. Lo reconozco, también soy patética.

Dedicado a todos los que no me han querido