
LIVING ON THE EDGE
por DUL
Imagínense ésta escena: Las maletas afuera de la hostal, los “turistas” sentados en la vereda esperando y un vuelo a punto de salir. Así fue mi tarde de lunes. “Lunes otra vez, sobre la ciudad” como entonaría el viejo Charly. Yo, sentada en una de las callecitas de Buenos Aires y Chile era mi próxima parada. Igual que una película, íbamos los cuatro en un taxi que parecía cascabel en dirección al Aeropuerto de Buenos Aires, con un atraso de una hora y un taco infernal. Llegamos justo a la hora para embarcarnos, corrimos con maletas y los pasajes en mano, hicimos colas inmensas y entramos al avión. Los cuatro en asientos separados. El ambiente ya no era el mismo, sin estar en piso Chileno, ya estaba en Chile.
Y aquí estoy, recordando. Recordando algo que paso antes de ayer. Va más allá de cruzar la cordillera para ir a un concierto, de arreglar maletas, comprar pasajes, reservar una pieza y conseguir las lucas para hacerlo. Más allá de que mi idea preconcebida de ir a comprarme una bella cartera de cuero no haya sido concretada. El hecho es viajar con un objetivo en mente y cumplirlo a cabalidad.
Espere y siempre espere que la pieza en la que me hospede se llamara “Fito Páez” o “Sui Generis”, pero en cambio tenía un nombre extraño (… las piezas de la hostal tenían nombres de artistas argentinos). Recorrí los cuatro pisos buscando a mis artistas preferidos para lograr por lo menos una foto y nada… pero eso no me hizo desistir en mi búsqueda frenética de señales: La Calle Rosario y Rivadavia; cada vez que pasaba por ahí sonaba una bella melodía con acento “Che” en mi cabeza. Finalmente encontré su camisa colgada de un cuadro en el Hard Rock de Buenos Aires, esa camisa color salmón con vuelos, extraña al máximo y con la cual tengo la mejor foto de mi vida. Gracias por eso.
Conocí todo lo que quería conocer. Fui una de las 100 mil personas que saltaban al ritmo de “Dude (Looks Like A Lady)”, que se movían de un lado a otro cantando “Crazy”, que soñaban gritando “dream on, dream on, dream on, and dream until your dream comes true…”. Si, fui una de las eternas enamoradas de Steven Tyler y su increíble voz (y boca por supuesto). Cumplí dos sueños en sólo un fin de semana.
Me disfrace de groupie, me subí a un avión… yo, siendo la persona más miedosa del mundo y con terror a las alturas, volé con tormenta eléctrica, pero fui feliz. Lastima que todo terminó tan rápido y de vuelta a la realidad. Aprendí nombres de calles, a usar el “Subte” y los “Buses”, comí las “Quesadillas de Joe Perry” y debo decir que son exquisitas, Me enamoré unas doscientas veces, lloré una y reí miles. Lo único que me faltó hacer fue bailar Tango… para la próxima será.
Tengo agradecimientos especiales para mis compañeros de viaje: Rorro, Polaka y mi hermana Sofia. Por las risas, discusiones y chistes durante el fin de semana. Y como dice la Polaka, ahora podemos morir en paz.
Imagínense ésta escena: Las maletas afuera de la hostal, los “turistas” sentados en la vereda esperando y un vuelo a punto de salir. Así fue mi tarde de lunes. “Lunes otra vez, sobre la ciudad” como entonaría el viejo Charly. Yo, sentada en una de las callecitas de Buenos Aires y Chile era mi próxima parada. Igual que una película, íbamos los cuatro en un taxi que parecía cascabel en dirección al Aeropuerto de Buenos Aires, con un atraso de una hora y un taco infernal. Llegamos justo a la hora para embarcarnos, corrimos con maletas y los pasajes en mano, hicimos colas inmensas y entramos al avión. Los cuatro en asientos separados. El ambiente ya no era el mismo, sin estar en piso Chileno, ya estaba en Chile.
Y aquí estoy, recordando. Recordando algo que paso antes de ayer. Va más allá de cruzar la cordillera para ir a un concierto, de arreglar maletas, comprar pasajes, reservar una pieza y conseguir las lucas para hacerlo. Más allá de que mi idea preconcebida de ir a comprarme una bella cartera de cuero no haya sido concretada. El hecho es viajar con un objetivo en mente y cumplirlo a cabalidad.
Espere y siempre espere que la pieza en la que me hospede se llamara “Fito Páez” o “Sui Generis”, pero en cambio tenía un nombre extraño (… las piezas de la hostal tenían nombres de artistas argentinos). Recorrí los cuatro pisos buscando a mis artistas preferidos para lograr por lo menos una foto y nada… pero eso no me hizo desistir en mi búsqueda frenética de señales: La Calle Rosario y Rivadavia; cada vez que pasaba por ahí sonaba una bella melodía con acento “Che” en mi cabeza. Finalmente encontré su camisa colgada de un cuadro en el Hard Rock de Buenos Aires, esa camisa color salmón con vuelos, extraña al máximo y con la cual tengo la mejor foto de mi vida. Gracias por eso.
Conocí todo lo que quería conocer. Fui una de las 100 mil personas que saltaban al ritmo de “Dude (Looks Like A Lady)”, que se movían de un lado a otro cantando “Crazy”, que soñaban gritando “dream on, dream on, dream on, and dream until your dream comes true…”. Si, fui una de las eternas enamoradas de Steven Tyler y su increíble voz (y boca por supuesto). Cumplí dos sueños en sólo un fin de semana.
Me disfrace de groupie, me subí a un avión… yo, siendo la persona más miedosa del mundo y con terror a las alturas, volé con tormenta eléctrica, pero fui feliz. Lastima que todo terminó tan rápido y de vuelta a la realidad. Aprendí nombres de calles, a usar el “Subte” y los “Buses”, comí las “Quesadillas de Joe Perry” y debo decir que son exquisitas, Me enamoré unas doscientas veces, lloré una y reí miles. Lo único que me faltó hacer fue bailar Tango… para la próxima será.
Tengo agradecimientos especiales para mis compañeros de viaje: Rorro, Polaka y mi hermana Sofia. Por las risas, discusiones y chistes durante el fin de semana. Y como dice la Polaka, ahora podemos morir en paz.
Etiquetas: AEROSMITH, BUENOS AIRES, CHILE, DUL, FITO PÁEZ
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2 Vómitos:
Por eso eres un personaje en mi vida. Jajajajaja
Cuánto me alegro que hayas fotografiado aquella camisa, cuanto lamento que no hayas bailado tango...pero lo que más siento es que nadie te haya "visto " mientras "Juntabas margaritas del mantel"
Un café por aquel café que no te tomaste! Un cigarrillo en honor a los mios que están guardados silenciosos y trsites!
Linda crónica querida amiga. Hemos vuelto a las pistas.
Buenos Aires está en mis planes pero no todavía. Antes hay que visitar algunos sitios chilenos. Saludos
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