¿Puedo tener un día más?

Pipe

Sí, 24 horas que sólo sean para mí y mi flojera, para dormir hasta que me aburra, para luego levantarme a comer algo bakan, que me guste y no algo a la rápida porque tengo que salir, un día que no tenga obligaciones con nadie, sólo con el llamado de la naturaleza, ese que nace desde la guatita y que nos pone en un trono, casi como un rey. Donde den las películas y programas de TV que queremos ver, ayudados por el celular que no suena y donde nadie requiere de nosotros por ese día. Donde no hay pega, ni trabajos para la U, ni averiguar algo para tu hermana, a lo más ver si tus perritas y gata tienen alimento y agua.

Que justo el clima sea medio frío, para que así ayude más a no salir de la cama y menos a dejar el guatero o el calienta camas. Donde no te des el tiempo de pensar qué hay para mañana y que si, por casualidad lo haces, te des cuenta que no tienes nada e tareas para toda la semana, donde sabes que mañana tienes una pichanga con tus amigos del colegio que no ves hace tiempo y que sabes terminará con un torneo de “Winingsito” o que la próxima noche vas a un pijama party con tus mejores amigas, digno de un club de Lulú.

Hace años que no lo pensaba, pero ayer dije necesitar un octavo día; o simplemente de un día normal hacer mi relajo a cabalidad.
Es más, esto lo voy a dejar hasta acá, nada más de escribir por ahora. Corto y preciso.


¡Descansen y duerman todo lo que puedan!

Joe Vasconcellos – Ciudad Traicionera

Dedicado a Diego, por nuestro lunes de furia y caos en la pega!