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20 de septiembre de 2006


SOY SANTIAGUINA ¿Y QUE?

por: Dul


Es imposible venir al sur y no comer. Te levantas y tomas desayuno. Sales un rato. Vuelves a la casa y almuerzas, y no es que te comas una pequeña ensalada, sino que tienes el gran menú para deleitarte, de esos que necesitas el café y el cigarro de postre. Pasas una tarde relajada frente a la estufa, a leña por supuesto y sin darte cuenta, estás sentada de nuevo, comiendo.

En Santiago la vida es agitada y no hay lugar para comer tanto. Creo que no hay tiempo, no es lo mismo comerse un sándwich apurada en la micro, que sentarse en una mesa con la familia a comer cosas ricas.

He notado cosas extrañas, dignas de análisis. Me encuentro en Valdivia, capital de la nueva Región de los Ríos y sin quererlo empiezo a comparar la vida de provincia, con la vida del Santiaguino.

Fuimos al supermercado a abastecernos de psicotrópicos para pasar acompañar el gran asado al palo que mis abuelos tenían preparado. En Santiago jamás hubiésemos encontrado estacionamiento porque todos hubiesen estado llenos, en Valdivia se nos hizo difícil encontrar estacionamiento, pero no porque hubiese una excesiva cantidad de autos intentando estacionarse, sino porque los valdivianos no saben estacionarse.

Es cierto, me gustaría haberle sacado fotos a la “magnifica” forma de estacionar. A falta de un espacio vacío, ellos ocupan dos, e incluso tres. Desde el auto más pequeño, que cabe en medio espacio, aquí ocupa dos espacios y así una gama de autos de distintos tamaños estacionados de la misma forma.

Fue tanto mi asombro que me encontré gritando en medio del estacionamiento, cuando vi, en vivo y en directo, tal falta de respeto. La pareja que se bajo del auto se dio vuelta a mirar porque motivo era mi enojo: fácil, su pequeño auto había ocupado tres puestos del estacionamiento y sin siquiera arrugarse, se bajaron felices y entraron al supermercado.

Si alguna de estas escenas sucediera en Santiago, los capitalinos sin pensarlo correrían al mal estacionado a patadas o por lo menos armarían un escándalo de proporciones. Quizás aquí no es importante pelear por banalidades como un lugar para estacionarse y tampoco se enfurecen cuando la gente cruza por el medio de la calle.

Quizás en Valdivia son más felices y no se hacen problemas. Quizás los equivocados somos los Santiaguinos que peleamos por todo y cuando no peleamos, somos unos entes caminando por las calles de Santiago, sin sonreírle a nadie, ni siquiera nos sonreímos nosotros.

Ese debe ser el motivo de mi desesperación. La verdad, no creo que podría vivir en provincia, aunque aquí no exista el smog, ni se vean millones de micros en las calles, aunque aquí la bocina no se escuche a no ser que sea una emergencia. Aunque aquí las comidas sean mil veces más ricas y la estufa sea a leña, aunque aquí la gente sea tan pacifica que perdona que otros estacionen sus autos en tres puestos.

Lo más probables que con tanta tranquilidad, termine volviéndome loca, o lo más probable es que ya esté loca y por lo mismo ame Santiago y su estupida forma de vida, mas su asqueroso smog y sus micros y ruidos por doquier.

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8 Vómitos:

Blogger danieLa® vomitó...

Es cierto, la vida en provincia es mucho más relajada que la de Santiago, pero para mí que nací y me crié acá me resulta un tanto "estresante" la tranquilidad con la que se vive por allá.
Creo que no resistiría más de una semana y me vendría de vuelta a la capital congestionada, contaminada y bulliciosa, pero a la que no cambio por nada, (quizás, y sólo quizás la cambiaría por Viña del Mar).
Un abrazo!.

miércoles, septiembre 20, 2006 9:33:00 a. m.  
Anonymous Anónimo vomitó...

Yo que soy de provincia ( iquique) me alteraba la lentitud de la gente.. la torpeza y lo flojos que son en provincia.. ( nací con el café intectado a la vena) pero al llegar a vivir a stgo.. era como mucho.. no existirá una cidad que sea el límite?? ac´ña en stgo vivio con taquicardia por que el ritmo de vida es muy rápido y si le sumas a alguien acelerator .. no es una buena combinación..
Algunos dias del año.. es bueno relajarte.. claro que hace falta!!

Cariños!

miércoles, septiembre 20, 2006 10:29:00 a. m.  
Anonymous Anónimo vomitó...

Viví hasta mis 17 años en Stgo, luego viví 5 años en Chillán y ahora he regresado a Stgo... y es la Locura!! al principio creí morir en Chillán, era todo tan provinciano, tan fome, tan tranquilo... que creía que moriría, además siempre todos me miraban con ojos feos ante mis comentarios "tan santiaguinos" ...
Con el tiempo comprendí que estaba acostumbrada a este estres de locos, y a tener la arrogancia del capitalino, porque en el fondo siempre creermos que somos los mejores, que las cosas de acá son mucho más eficientes, etc... tras aprender a entender a las personas de Chillán (y sus alrededores) me cuativó la vida de allá... y ahora ha sido cuático volver a acostumbrarme a la locura de acá(menos mal que la llevaba en la sangre) ...

En fin, mucho creo jajajaja ... pero este tema de los santiaguinos v/s el resto de Chile da para muuuuuucho

un abrazote bella!!

miércoles, septiembre 20, 2006 1:05:00 p. m.  
Anonymous Anónimo vomitó...

Lo siento, digan lo que digan, jamás cambiaría a mi Stgo!!!!!
Necesito del bullicio inútil de la ciudad, necesito sentirme tan fría como su centro cívico, tan aislada como sus barrios periféricos, tan triste como el 60 % de su depresiva población, tan "activa" como los nuevos íconos culturales.
Necesito de este gran basurero disfrazado de vida urabana en vias de desarrollo. Y qué????????
Excelente reflexión la de hoy.
Saludos querida amiga Dul.
Te extraño!!!!!
Besos y frutillas.

miércoles, septiembre 20, 2006 11:29:00 p. m.  
Anonymous Anónimo vomitó...

Daneto said...
jajajaja
me gusto muchooo!!!
bkn bkn!
me gusto eso de los estacionamientos
nunca lo habia pensado!

adios

jueves, septiembre 21, 2006 12:33:00 a. m.  
Blogger Lore Ortiz vomitó...

Hola.

A mí me ocurre al revés, me carga Santiasko. Sé que está todo allá, lo más probable es que allá pueda encontrar pega, están las fiestas, los conciertos, la farándula, la mejor ropa, los mejores autos, los edificios más altos, el metro y toda la modernización y globalización... pero tb está lleno de torrejas, de gente mal educada, de estresados al volante... y eso en regiones no se ve tanto.
En Concepción existe esa "forma de vida" en que si no pelas al vecino entonces no eres penquista... pucha que son peladores en esta ciudad. Y la ciudad es harto cochina...

Del Sur, Valdivia, Pto Varas, sin embargo, es donde yo quisiera vivir, tranquila, alejada del ruido, con árboles sin smog, sin tanta bocina... y sin estrés por cosas estúpidas.

Un beso, chau
Lore

PS. Yo tp podría vivir en el campo... al final uno se acostumbra a vivir donde ha vivido siempre...

jueves, septiembre 21, 2006 9:17:00 a. m.  
Blogger Wákatela! vomitó...

Me gusta Stgo, pero de verdad si podría cambiar este lugar por el Valle del Elqui. Siento que nadie te puede pagar esa tranquilidad, y lo digo con razones muy fundamentadas y que creo que los que me conocen sabrán, más menos, lo que digo.

Igual Stgo tiene muchas cosas buenas, pese a ser un basurero, como lo dijo "Rominalgas", y creo que tampoco lo dejaría de lado para siempre.

F

jueves, septiembre 21, 2006 9:25:00 a. m.  
Blogger Daniel. Te invito a visitar http://eldeportero.wordpress.com vomitó...

Al contrario, yo amo Santiago, en realidad amo las ciudades grandes, con ruido, con movimiento, me encantan. Ya no soporto la tranquilidad de la provincia. Para ir de vacaciones por unos días, bien. Para vivir, no.
Saludos

jueves, septiembre 21, 2006 3:54:00 p. m.  

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