CONFESIONES DE UN PARADERO DAÑADO

Por: Fer

Estos días me siento como Ally Mc Beall, pero con 20 kilos más y unos cuantos asados encima, pero aparte de ese pequeño detalle, les confesaré que hablo con los objetos.
Así es, cada día estoy más loca, creo que es síndrome de final de año, cuando ya estoy chata de hablar con los seres que me rodean, empiezo a hablar con las cosas...hoy me tocó hablar con un paradero.
Mientras me fumaba un cigarro y pensaba en los regalos de Navidad, un remesón me saca de mis pensamientos y me hace mirar al gran objeto sobre el cual estoy sentada. Es uno de los remodelados paraderos de Santiago, que cada día están más grandes, pero con asientos cada vez más pequeños.

El paradero se encontraba cansado y no le gustaba en nuevo look estilo Transantiago que lo obligaron a usar. “Son estructuras demasiado pesadas para mi cansado cuerpo”, me comenta el amigo paradero.

Así comenzamos una breve conversación mientras espero mi micro de regreso a casa.
Esta ha sido una semana difícil para Paradero, con tanta efervescencia en el ambiente no solo sus amigos “los de abajo” están sufriendo las consecuencias de las revueltas, le han llegado rumores que sus compañeros “los pa’ arriba” también han sufrido algunos daños y lo más triste que son señoras mayores que le han causado heridas graves.

A Paradero le costó muchos meses sobreponerse a la depresión causada luego de la “revolución pinguina”, muchos de sus compañeros murieron y algunos quedaron gravemente lesionados. Incluso han pensado en crear una especie de Teletón para los paraderos para que puedan salir nuevamente a las calles.

“Esto ya colmó mi paciencia”, me comenta Paradero luego de que unos encapuchados lo quemaran y saltaran sobre él. Aunque se define un Paradero de izquierda está cansado de estos irracionales que no saben lo que es una verdadera revolución.
“Apoyo a los compañeros, incluso he estado dispuesto a entregar alguna pequeña pieza para que lancen contra los pacos violentos que los persiguen con sus lumas, pero esto ya se fue de las manos...”

Paradero parece estar muy triste por la rabia externalizada en este momento por todos los sectores, ya está viejo, ha visto casi todo y ya no quiere ver más violencia, es un pasaje desolador para mi amigo.

Espero que no siga viendo más estos actos llenos de rabia y falta de cultura.

Simplemente te deseo suerte Paradero en lo que te queda de vida, nos vemos pronto junto a un cigarro y una buena conversación.