¿SABES QUIÉN SOY?

Por: Romina

¿Sabes quien soy, verdad? Soy tu mujer de la lluvia. Soy la que camina por las calles cuando nadie más lo hace, cuando el agua moja tu cara y el frío se asienta en tu pecho. Cuando las tinieblas te envuelven, entonces, puedes verme.
No sabes cómo ni porqué, pero cuando me necesitas y me llamas siempre acudo a tu encuentro. Cuando veo tu cara mojada, tus manos temblorosas y tus ojos que siempre parecen sorprendidos, como siempre, intento sonreír con dulzura mientras seco tus mejillas y tomo tus manos. ¿Te acuerdas? La que te abraza, la que te lleva lejos de la humedad para que las tinieblas queden atrás. Cierra tus ojos, respira profundo, sonríe ¿Puedes verme ahora?
Está bien, no te aflijas, no necesitas hablarme porque tus ojos lo hacen por ti: dicen todo lo que yo, una mujer de la lluvia, quiero escuchar. Y mientras sigo mirándote a los ojos,-ahora vivos de nuevo- llenos de ternura y gratitud, cariño y quietud, lentamente, la tristeza se adueña de mi. Sé que pronto volveré a perderte.
La lluvia se aleja de ti y tú corres de nuevo en busca de la luz, de la vida. Quizás hay alguna mujer de la luz que te espera para volver a compartir contigo todos los amaneceres del mundo, para hacerte olvidar que hay tormentas…para que ya no pienses más en mí.
A veces deseo ser una mujer de la luz. Tal vez así no te vería empapado, tiritando ni desorientado en la penumbra, pero sí reluciente como el sol. ¡Es un sueño! Tan solo soy una humilde mujer de la lluvia. Sólo sé abrazarte y amarte, agitar los brazos para que la tormenta se aleje de ti.
Mis ojos brillan, mis labios húmedos te sonríen, pero algo en mi ha vuelto a morir.
Soy tu mujer de la lluvia ¿Me recuerdas? No importa, algún día mientras estés marchando, nuevamente, en tu camino hacia la luz, me recordarás. Quizás tu mirada se vuelva hacia mi diciendo: “ven, quiero enseñarte el amanecer”