17 AÑOS IDIOTAS

Por: HL

Claro, díganme que soy un pendejo dándomelas de bakán hablando de lo que no me corresponde. Que esa época no la viví, y que por ende, no tengo ninguna base para demostrar con hechos lo que se tratará en estas líneas.

Pues bien, poniéndome el parche antes de la herida (o limpiándome el culo antes de...), me explayo:

Superando cualquier vestigio de la transgresión a los derechos humanos (signo característicos de las dictaduras de derecha, como lo dijo Don Belisario), los diecisiete años de poder militar dejan varias cosas como deducción.

Durante el gobierno militar, el manejo mediático provocó trabas y cerebros atrofiados de por vida.

Hombres y mujeres sin opinión concreta, hablando a las espaldas, chaqueteros y crédulos. Mientras una profunda opresión a la libertad de expresarse se paró frente a las narices de tres generaciones, programas como 60 Minutos, El Festival de la Una y seriales de "gran factura" como La Quintrala, dando a entender que todo estaba bien y en orden, el desarrollo intelectual y juvenil rebelde se truncaba dejando a generaciones posteriores con la misión casi imposible de cambiarlo.

Acabo de entender hace unos días, porqué en mi casa se apagaba la tele a las nueve y media de la noche, y antes de las ocho ya no había vida fuera de esta.

Tan atrofiada quedó la generación adulta actual, que ingenuamente creyó en una nueva esperanza con lo de "La alegría ya viene". Lo peor: pese a que se ha tardado mucho en llegar la alegría, se les sigue dando el voto a la gente que se ha llenado los bolsillos de plata y que verdaderamente sí tienen alegría.

Incluso más: las profundas divisiones del país se basan en la escasa diversidad de ideas de la época. O eras decente, o eras comunista. No, no, no pues.

Y es lo mismo que se reflejó ahora en los funerales de Pinochet. Odio y amor. Fue tan mediocre la sociedad de esos años, que pendejos de 20 años para abajo, incentivados por sus atrofiados padres, se sienten con el derecho de vociferar a favor y en contra de un gobierno en el cual jamás tuvieron uso de razón, y más encima recordando a Salvador Allende, del cual de seguro jamás escucharon un discurso.

Ayyy... además todavía se habla de la importancia de los partidos. Que te acusan de ser un DC por la ambivalencia en las opiniones, cuando ahora la moda de darse vuelta la chaqueta la llevan los de la UDI (curiosamente, las profundas desafecciones hacia Pinochet desaparecieron tras su muerte) quienes se quedaron calladitos cuando se empezaron a conocer la yayitas del General.

Sólo Moreira, un pelmazo de aquellos, fue el valiente que puso el pecho y defendió a toda costa al Tata.

Perdónenme, pero los partidos políticos, con sus ideas setenteras, pegadas en el tiempo, están tan obsoletos como pretender comprar un tarrito de "Sabrosalsa", que con tanto gusto presentaba el recordado Enrique Maluenda en su programa placebo.

Opina acá también